Actualmente se puede observar el crecimiento de una sociedad, cada vez más competitiva y materialista, que tiene como prioridad exaltar los logros económicos, sin tomar en cuenta los aspectos relacionados con una educación en valores, como sería integrar normas éticas en el aprendizaje cotidiano, respeto, crecimiento moral de la persona y la convivencia pacifica que fortalezca el núcleo familiar, así como la incorporación a grupos sociales que formen parte de la estructura de nuestra comunidad. La realización de esta educación denominada integral, que contempla el cumplimiento de objetivos académicos con estrategias educativas desarrolladas curricularmente para ser puestas en ejecución en las aulas que contemplen la formación del individuo, recae en gran medida en los docentes que son los responsables de formar y educar a sus estudiantes. En consecuencia, no podemos obviar e ignorar, el incremento de las reacciones agresivas de los estudiantes al plantear sus problemas frente a los docentes. incluso ante las autoridades universitarias, como un reflejo espontáneo de frustración por exigir el cumplimiento de sus beneficios y derechos. Para fortalecer esta formación integral del estudiante y de los docentes, que contemple una valorización del respeto por los demás y la solución pacifica de los conflictos como una cultura de paz, surge la necesidad de crear programas y provectos que puedan ser puestos en ejecución en la Universidad Autónoma de Chiriquí que fomenten el respeto y de la forma y disuadan los factores que originan el conflicto y el crecimiento de la violencia dentro de la universidad para contribuir en la construcción de una Cultura de paz.