Percepción de docentes y estudiantes sobre las competencias académicas adquiridas. Licenciatura en Radiología Medica, Universidad Especializada de las Américas- Azuero, 2025.
Abstract
En la última década, la profesión de Radiología e Imágenes Médicas en Panamá ha
atravesado una transformación significativa, pasando de un enfoque técnico a un
nivel de formación universitaria. Este cambio ha sido impulsado por la necesidad de
profesionales más capacitados para enfrentar los retos y avances tecnológicos en
el área. Como respuesta a esta demanda, diversas universidades, tanto públicas
como privadas, han comenzado a ofrecer programas de licenciatura en radiología,
entre ellas la Universidad Especializada de las Américas (UDELAS), en su extensión
de Azuero. En la actualidad, existen cuatro instituciones educativas en Panamá
dedicadas a la formación de profesionales en radiología, lo que subraya la
importancia de asegurar que dichos programas estén alineados con los estándares
académicos y profesionales que exige el sector de salud (Ministerio de Salud de
Panamá, 2021).
Un aspecto clave en la formación de los estudiantes de Radiología Médica es el
componente práctico, realizado en centros hospitalarios. En el caso de UDELAS
Azuero, se ha observado una diversificación en los entornos de prácticas, que
incluyen hospitales de segundo nivel, policlínicas y centros de salud del Ministerio
de Salud (MINSA CAPSI). Esta diversidad de escenarios ofrece oportunidades
valiosas, pero también plantea desafíos, ya que no todos los centros brindan el
mismo acceso a procedimientos radiológicos o la misma calidad de formación
práctica. En este sentido, surge la inquietud sobre si los estudiantes están
adquiriendo de manera equitativa las competencias necesarias para su desarrollo
profesional (Sánchez et al., 2020).
Frente a esta realidad, resulta imperativo realizar una evaluación exhaustiva de los parámetros actuales de formación en radiología, tanto en el aula como en los
escenarios de prácticas hospitalarias. Es necesario que los responsables de los
programas educativos revisen críticamente los lugares de práctica asignados y
ajusten los procedimientos formativos para garantizar una educación coherente y
de calidad. La percepción de los principales actores involucrados en el proceso,
como estudiantes, docentes y autoridades educativas, es crucial para detectar
debilidades y fortalezas en el sistema actual de formación.